"Un ejército sin espías es como un hombre sin ojos y sin oídos"
Chia Lin, citado por el maestro Sun Tzu en "El arte de la guerra"
Por Ramón Martínez
En el año 2007, el prestigioso diario estadounidense Washington Post, publicó un artículo titulado Mind Games, que trataba sobre un fenómeno en Internet de comunidades de personas, que se quejaban que sus respectivos gobiernos usaban tecnologías que les producían “voces en la cabeza” con el fin de controlar sus mentes. El artículo admitía la posibilidad de que quizá todas estas personas estuviesen “locas”, pero advertía que las fuerzas armadas de EEUU habían adquirido armas que podían producir “voces en la cabeza”.
En realidad, la existencia de estas tecnologías está documentada desde mucho antes. Estas patentes de 1988 y de 1983, no solo demuestran que existen aparatos capaces de producir “voces en la cabeza”, sino que además, cualquier estudiante de Ciencias Físicas puede fabricar estos aparatos a partir de material que se encuentra disponible en cualquier tienda de electrónica. Pero a pesar de las evidencias que existen y que están al alcance de quien desee informarse, la sociedad en general tiene una ignorancia casi absoluta sobre neurociencias, como muestra este programa de TV rusa en español:
Es interesante notar, como los medios de comunicación de gran alcance pretenden convencer de que oir “voces en la cabeza” solo puede ser debido a esquizofrenia, sin atender a la más mínima posibilidad de que pueda tratarse de una agresión realizada con las tecnologías anteriormente documentadas. La sociedad descrita por Orwell en su obra “1984” es a menudo recordada cuando se compara con la sociedad actual, donde, desafortunadamente, se tiende a mentir en los medios de gran alcance, y a medida que se filtran informaciones sobre los abusos de gobiernos claramente corruptos, es cada vez de más actualidad el intento de estos gobiernos de controlar a los ciudadanos vulnerando su intimidad, como muestran los informes de Snowden.
La fea costumbre de experimentar con seres humanos, es algo que tuvo su auge en la alemania nazi, pero no parece ser tan conocido el hecho de que EEUU tomó a muchos de esos “neurocientíficos” nazis para continuar sus investigaciones con sus propios ciudadanos en proyectos como el MK-Ultra, Operación Paperclip, etc. La falta de transparencia es algo a lo que estamos habituados a ver en los gobiernos occidentales, unos consiguen camuflar esta falta de transparencia mejor que otros. Pero la tendencia a desacreditar cualquier crítica a la versión oficial de los gobiernos, con descalificaciones como “teorías de la conspiración” viene siendo un denominador común en todos aquellos paises donde la hegemonía de los sucesivos gobiernos de EEUU es patente.
Científicos nazis del Proyecto Paperclip reclutados por las FFAA americanas.
Se sabe que están experimentando con los ciudadanos, y con frecuencia, sin que muchos de ellos sepan siquiera que están siendo víctimas de estas agresiones. Estos abusos han dado lugar a sitios de Internet donde se denuncian estas prácticas aportando información como esta web de EEUU sobre implantes ilegales.
Otros paises donde se experimenta con los ciudadanos son Suecia, Francia, España, etc. En Suecia por ejemplo, algunas víctimas han tenido la suerte de tener preparación universitaria, y de poder reunir fuerzas para investigar y crear sitios web donde se denuncia e informa sobre las tecnologías con las que se perpetran estos abusos, como es el caso de esta víctima sueca de los años 1990 y esta otra que es completamente actual de los años 2010. Pero en España, aunque hay constancia documentada del interés en neurociencias, y que distintos ministros han estado implicados en estos proyectos ilegales desde el pricipio en los gobiernos del Opus Dei durante la dictadura, apenas hay constancia de víctimas que hayan creado sitios web para denunciar e informar sobre estos abusos.
Esta falta de víctimas documentadas, no significa necesariamente que en España, país donde ya en 1963 un neurocientífico demostraba que podía dominar la conducta de un animal con un implante de un aparato en el cerebro, no existan tales víctimas. No hay que olvidar que sobre el Opus Dei recaen muchas denuncias sobre abusos, y precisamente destacan en materia psiquiátrica por prácticas poco ortodoxas como demuestra este artículo sobre la Cuarta Planta de la Clínica Universitaria del Opus. La dificultad está en que la falta de información hace que muchas víctimas crean realmente que están enfermas, y descarten la posibilidad de estar siendo objeto de una agresión.
Pero incluso si tuviesen consciencia de estar siendo agredidos, no podrían obtener protección de las autoridades, porque, como vemos en España, las autoridades piden a la sociedad que rece a la Virgen del Rocio para salir de la “crisis” mientras que regalan decenas de miles de millones a los bancos sin investigarlos, se oponen abiertamente a que la UE tome medidas contra los paraisos fiscales, los miembros del órgano de Gobierno del Poder Judicial son elegidos a dedo por partidos reputadamente corruptos y la transparencia brilla por su ausencia.
Dr. Delgado controlando la conducta de un toro a distancia.
Sin pretender entrar en lo que los corruptos han dado en llamar “teorías de la conspiración”, vamos a intentar analizar un caso de un escritor de Navarra, Miguel González Purroy, que reconoce tener “esquizofrenia” por oir “voces en la cabeza”, y que escribe un libro sobre sus experiencias como “esquizofrénico” llegando a vender 7000 ejemplares. En Navarra es sabido que el Opus tiene allí su feudo por excelencia, hasta el punto de tener una universidad completamente de su propiedad, la Universidad de Navarra, aunque los medios prefieren decir que la Universidad está “vinculada” al Opus Dei, intentando así esquivar la apariencia de que el Opus tenga propiedades.
No parece que sea casualidad que este escritor tenga como libro favorito "la Biblia", personaje histórico favorito "Jesús", tenga 10 hermanos y no le guste el cine. Tampoco, parece que sea casualidad, que venda 7000 libros si el tema es de interés del Opus Dei, como se documenta en el capítulo 6 del libro “El fin secreto del Opus Dei”: “basta que un escritor mediocre escriba sobre temas apreciados por el Opus Dei para que sus libros sean publicados y multivendidos, a veces con varias reediciones, gracias a las editoriales de la Obra o satélites de ella. Ese autor, que en el mercado libre no se comería una rosca, gracias al Opus Dei adquiere el boato de ser un escritor que vende miles de ejemplares”.
¿Cual puede ser el interés del Opus en difundir la obra de este escritor? Teniendo en cuenta el contenido del libro, no parece muy descabellada la idea de que el Opus esté interesado en demostrar que oir “voces en la cabeza” solo puede deberse a esquizofrenia, y que se cura mediante “medicación”. Si además sumamos el descarado interés de esta secta en neurociencias y la despreciable costumbre de abrir la correspondencia a sus “víctimas”, la inmensa cantidad de denuncias de sus ex-miembros por abusos, la reputada corrupción de su brazo político el PP, por no hablar de sus “emblemáticos” F. Trillo, J. Cotino, etc. No es muy forzado pensar que el Opus esté detrás de las “voces en la cabeza” de mucha gente.
Esquema de un aparato patentado en 1983 y publicado en 1989 que permite oir “voces en la cabeza”.
Mientras exista una corrupción tan intolerable, así como la absoluta falta de transparencia que desacredita las instituciones del Estado, no es razonable hablar de “teorías de la conspiración”, si el poder del Estado lo usurpa una secta conspiradora como es el Opus Dei, y al mismo tiempo esté documentada la existencia de tecnologías que permiten estas agresiones que se manifiestan como “voces en la cabeza”.
¡ATENCIÓN!